Desocupado
No tengo padres. Cuando pude darme cuenta de mi entorno, tenía alrededor a miles como yo, todos en la misma situación y conocedores de nuestro destino.
Viajar era nuestro objetivo en este mundo y esperábamos con ansias salir al ruedo, recorriendo nuestro itinerario planeado e inamovible.
Y llegó el día, ese tan esperado que me llevó por el mundo, desandando la ruta. Uno tras otro de mis pares salían, se asomaban y la mano todopoderosa los tomaba llevándolos hacia la parte incierta de nuestro periplo.
Desde ese momento nuestra existencia sólo dependía del viaje de otro ser, ya ninguno de nosotros tenía certeza de lo que sucedería.
Pero el mundo cambió.
De un día para otro ya no somos necesarios.
Ya casi todos han desaparecido. Ya no nacen más como nosotros y yo sigo existiendo gracias a una cuestión de suerte.
Aunque mi función no es la misma, ya no viajo. Vivo dentro de un libro olvidado. pero no puedo más que estar agradecido a la suerte que me mantiene vivo, ya que cada vez que me descubren, me regalan una sonrisa.
Y todo eso por ser capicúa.
Si el insomnio lo hace escribir asi, siga despierto nomàs.
ResponderEliminarHermoso relato, mis felicitaciones
Entretenido, hasta el final no me he dado cuenta... Un beso
ResponderEliminarPara variar...siempre obligás a releer lo que escribís, lo que hace aún más interesante la lectura...
ResponderEliminarEs verdad...uno festejaba si le tocaba un capicúa y lo guardaba como si fuera un tesoro...
Habla de otras épocas, seguro...en que quizás hasta el buen día le dábamos al colectivero....(Siempre me pregunto por qué si saludamos al entrar a la panadaería no lo hacemos al subir a un colectivo)
Épocas en donde las máquinas aún no hacían de las suyas....y donde algo tan simple como un número nos arrancaba una sonrisa...
Alguno debo tener dentro de algún libro que no leo...y también suelen ser los libros los merecedores de esconder secretos valiosos....
Yo, la peor... Muchas gracias, usted sabe halagar cuando quiere. Besos.
ResponderEliminarIsabel, me alegro que te pareciese entretenido, en realidad poder mantener el vilo era el objetivo. Te mando un beso.
Gla, Yo no saludaba a nadie en mis tiempos de citadino, pero tuve una novia uruguaya y ella saludaba al colectivero y a la gente sobre el colectivo. A mi me daba vergüenza subir con ella y creo que por más que fuésemos millones contra solo una, ella tenía razón.
Antes de descubrir lo que era se me han pasado cientos de cosas por la cabeza pero ninguna de ellas era un capicua,Me gustan los capicuas,
ResponderEliminarBesitos
Yo realmente pensaba, encerrado en mi burbuja, que la palabra capicúa era un argentinismo. Y estaba por aclarar debajo del relato, lo que significaba, por miedo a que no fuera entendido por todos, pero me sorprendieron.
ResponderEliminarOtra muestra de mi limitada cultura. Por suerte uno aprende algo todos los días. Gracias y te mando un beso.
en una escapadita que hice a Baradeo subi al unico colectivo que hay en el pueblo...divino,boleto tradicional y rogaba que me toque capicua!no fue asi pero igual esta guardado como un tesoro!!!
ResponderEliminardejo 11 besos (seria el primer número capicua no?)
Que lindo texto, profundo y simple a la vez ... me gustó.
ResponderEliminarQue recuerdos los boletos capicúas en Rosario con mi mamá cuando íbamos al centro o volvíamos.
Ahhhhh y yo no viajo mucho en colectivo, pero cuando lo hago siempre saludo al colectivero, al subir y al bajar, y casi todos lo hacen, no sé si será que esto es un pueblo, pero yo veo que casi todos saludan ... es normal.
Besos !!.
Hola gamar está lindo tu blog, estuve leyendo un poco y me di cuenta de que tu ultimo post es realmente producto del insomnio aunque de gran calidad, creo que todos ls blogueros dormimos pocos. Creo que tienes razón respecto de las cartas privadas, de echo los historiadores de hoy escriben para vender más libros. Pero cierto es que la carta es un documento fundamental para el historiador, recuerda que la filosofía de Marx se convirtió en la ideología de millones y mucho de su pensamiento se conoce por las cartas que le mandaba a su amigo Engels. Un abrazo.
ResponderEliminarGamar: Espero que no estés a dieta...Te dejé algo en mi blog...
ResponderEliminarPatrycia, la verdad es que hace mucho no subo a un colectivo de línea pero supongo que en los pueblos seguirán existiendo los boletos. Y me anoto en los besos capicúa.
ResponderEliminarMarina, Gracias por lo de lindo y simple, pero profundo? No recuerdo que fué lo que lo disparó añoche mientras intentaba dormir y mi beba de 7 meses se oponía a los gritos. Esta mañana me senté y salió eso. Yo nací en Buenos Aires y ahí nadie se saluda a no ser que uno lo conozca, es una mala costumbre, pero supongo que en todas las grandes ciudades será igual. Donde vivo ahora no pasa eso, todos nos saludamos o corremos el riesgo de que se nos ofendan. Besos.
Gabo, te cuento que llegué a tu blog, porque Gabo era mi nick, en realidad lo es en otros ámbitos. Así que entré por curiosidad y me gustó lo que vi. Lo mío no era una crítica a tu entrada, sino al hecho de ver publicada una carta tan personal. Hoy se ve como algo común y más por ser el destinatario un prócer, pero supongo que esa mujer no estaría feliz. Bienvenido a este rincón y te mando un abrazo.
Tal cual !!, acá en estos lugares chicos, pasa exactamente eso, si no saludas a la gente del pueblo es como que los ofendés, ojo!, hay gente que igual no saludo, pero mas que nada porque no puedo estar cada diez segundos saludando, pero es muy típico, como vos lo decís.
ResponderEliminarBesossssssssssss !!.
HOlaaaaaaa... no creo que seguir sea cuestión de suerte.. sino el destino.. tu que piensas??..
ResponderEliminarPor cierto, la solución a "entrena tu mente" es.. La adivinanza... fácil!!!..
Un abrazo y lindo día
Gamar, lindo relato.
ResponderEliminarMientras lo leía trataba de adivinar a qué se refería...y no acerté.
Qué lindo los boletos capicúa...yo tenía una colección en la billetera, atesorados como reliquias...hasta que en algún momento de esos que me agarrar, de deshacerme de lo viejo ( en más de un sentido) los tiré.
No sé cómo todavía no aprendo que luego me arrepiento.
besos
No hay caso. La extinción siempre me da como una tristeza!
ResponderEliminarLindo relato, Ga. Felicitaciones :)
desde España me llego esta mención...y palabras en mi te la hace llegar a ti!
ResponderEliminarbeso enorme
pasa a retirarla!!!
Muy ingenioso!! Me gustó mucho el relato
ResponderEliminarSinceramente no sabía a que se refería , yo nunca guardé ni un boleto, ni me fijaba en los números.cada día se aprende algo. Creo q de hoy en adelante observare todo lo q traiga números :)
Saludos!
Original y sorprendente...un logrado microrelato,aunque por estos lares los capicua no despierten tanta querencia,llega el mensaje.
ResponderEliminarSaludos
De un dia para otra ya no somos necesarios.A los que realmente les importamos sí lo somos no?por lo menos quisiera creerlo así.
ResponderEliminarGamar que ultimamente estas muy tristón!
Qué hermoso relato, me encanta tu estilo para crear climas y manejar intrigas.
ResponderEliminarun abrazo.
Marina, si, es así en los lugares donde la masa contamina es diferente, pero hay otras cosas también. Algún dia escribiré sobre lo que pienso de la gente de pueblo, así me odian un poco más. besos
ResponderEliminarGla, felicitaciones por el número, rica la torta.
Balovega, gracias por pasar y la verdad es que de la adivinanza de tu entrada no tenía ni idea. Saludos.
Mona Loca, que miedo le dará al modo su manía. Yo nunca fui de coleccionar nada, pero algunos capicúa guardé un tiempo y seguramente habrá dentro de algún libro. Besos.
María C, si, casi nunca son felices las extinciones y menos cuando es uno el encaminado. Gracias, te mando un beso.
Patrycia, pasaré a ver de que se trata, por lo pronto, felicitaciones.
Kandy, es que eso de los capicúas y que traen suerte creo que es algo local, por eso dudaba que tuviese sentido para los que no vivieron en Buenos Aires, pero por lo visto, en otros lares también se los apreciaba. Besos.
Alan, Gracias por la calificación y me alegro que se entendiera tan lejos. Saludos.
S. Usted sabe leer entre líneas. Aunque uno no se lo proponga, lo estados de ánimo contaminan las historias que creamos. Pero no me siento un boleto, no tengo números en el lomo. Besos.
Dondel... Gracias Mari y me alegro que te guste. Besos.
Pero ay de ese capicua si descansa dentro de un libro tan olvidado como él... Ni la luz del sol verá jamás.
ResponderEliminarJajaja...me encantó. Sabés? Acá usamos tarjetas magnéticas, y están numeradas. Tengo guardada una colección que venía con imágenes del pasado de la ciudad; otra con edificios...y algún boleto capicúa dentro de un libro (dónde, dónde), que trae recuerdos en el momento menos esperado.
ResponderEliminarMe hiciste acordar a la salida del cole (de señoritas), cuando todas juntas tomábamos el colectivo y si a alguna le tocaba capicúa, algo lindo le iba a pasar...te imaginás con quién?
BesitossotiseB
Justo estoy comentando desde la oficina, y alguien como regalo me ha dejado sobre el escritorio ¡¡un boleto capicúa!!...
ResponderEliminarY vio como es esto...
Saludos!!
JuanRa... Si pero de tan olvidados algún día, el menos pensado, aparecen y nos transportan algunos años atrás. Saludos.
ResponderEliminarmaracuyá, A los coleccionistas cualquier objeto los atrae, pero como los boletos de papel, dibujados a mano, algunos, y con esos capicúas tan esquivos no hay.
Me alegro haber revuelto recuerdos, y gracias por el beso capicúa, creo que nunca me dieron de esos.
La candorosa, pero como, no era que dejaba de ser "la candorosa" y pasaba a se "Cando"?
¿Es un conflicto de identidad?
Pero mire que casual lo suyo, o lo mío. Es que el destino tiene tantas vueltas... Besos desde acá.
Me encantó!!!!!!!
ResponderEliminarla verdad es que pongo esa sonrisa cada vez que veo un capicua.
Ahora ya no hay más :(
Muy original el relato. Me gusta ese modo indirecto de narrar que has utilizado. Siempre es más interesante sugerir que mostrar. Un beso.
ResponderEliminarMe encantan los relatos que me llevan indeteniblemente y que a cada palabra trato de imaginarme dónde podrá terminar. Son segundos en que un millón de posibilidades aparecen en mi cabeza hasta el alivio final de acabar con la inceridumbre. Muy bueno.
ResponderEliminarLumunicus, Bienvenido/a y me alegro que te gustara. Saludos
ResponderEliminarCristal, Me alegro que te gustara y si, claro que la intriga aumenta el valor. Gracias y besos.
Ene Deláa. Gracias por tus palabras porque es eso lo que intentaba lograr. Un abrazo.
Besotesssssssssss.. lindos sueños
ResponderEliminarAyyy Gamar amigo mio, me paso para decirte ¡Hola!!!! y disculparme por el retraso que llevo en todas las lecturas de vuestros blogs, ésta que he leido.. me ha sorprendido porque según he entendido escribes cuando tienes insomnio.. ¡afortunado que te sale así de bien escribir!!
ResponderEliminarYo llevo una temporadita que entre una cosa y otra apenas puedo cerrar los ojos.. y trabajo me cuesta al dia siguiente sacar ideas en mi trabajo... pero ya veo que no es tu caso.. eres realmente genial amigo mio!! te felicito!!
Besitos
Indudablemente que brindamos una sonrisa a quien nos mire cuando se ve un capicua.
ResponderEliminarSaluditos me encanto mucho leerte.
Balovega, muchas gracias, igualmente.
ResponderEliminarLisebe, por favor, no hay nada que disculpar. Lo último que quiero es que esto se convierta en otra obligación más, ni para mi, ni para los lectores.
Espero que puedar regularizar el sueño, que eso es muy importante. Muchas gracias y besos.
Diosaoasis, Gracias por pasar, besos.
¡Claro, los boletos capicúa!
ResponderEliminarMuchos forraban las carpetas de la secundaria con ellos.
Yo tengo unos cuantos guardados en una cajita. Hace un tiempo se los mostré a mi hijo y no podía creer que los boletos fueran así, y que encima el colectivero tuviera que ocupar su atención en tantas cosas a la vez...
Buen fin de semana.
nunca sumnaste los numeros para ver si te daba la inicial de la chica que te gustaba?
ResponderEliminarsi.. ya se, era una actividad más de las minas.. pero alguna vez lo hice
aplicaba cada formula matematica para que saliera como yo queria...
amigo!
ResponderEliminarparece que reapareciendo por los lares que te queremos bien!
me gusta!
hoy beso con escarapela!(no se me pinche con el alfiler!
Me obsequiaron un premio y yo quiero entregarlo a los blogs que están siendo para mi un ejemplo a seguir y como una forma de agradecimiento a las personas q se han tomado un poco de su tiempo para dejarme un comentario.
ResponderEliminarSi gustas puedes pasar al blog por el logo del premio.
Recibe un cordial Saludo desde el otro lado del Charco
Muchas gracias por la visita, Sr.Gamar. Curioso blog el suyo, sí señor.
ResponderEliminarSaludos desde muy lejos también.
Fabiana, Creo que antes, mientras el chofer tenía que distraerse en dar el cambio, pensar qué boleto darle y dárselo al pasajero había menos accidentes que ahora.
ResponderEliminarGracias y saludos patrios.
Briks, es cierto, era más de las chicas, que se fijaban en el último número, en la suma y hasta en la inicial del elemento que se caía al piso para ver si coincidía con la del chico en cuestión. Gracias por pasar y téngame en cuenta para jurado de su concurso.
Patrycia, nunca me perdí, pero tengo que repartir mi tiempo entre muchas actividades. Me gusta lo del beso con escarapela, pero mejor usted elije donde la coloca y yo le doy el beso.
Kandy, gracias por el reconocimiento y pasaré a buscar el premio.
Besos.
Mensa, bienvenida, póngase cómoda si piensa quedarse y espero seguir siendo curioso.
Saludos.
Hola, gracias por visitar mi blog, y muy interesante el tuyo. Volveré.
ResponderEliminarFue lindo encontrarte en mi blog de nuevo hoy... Sé que sos un hombre muy ocupado...pero al menos sabé que se te extraña....
ResponderEliminarMi enhorabuena por el premio, te lo mereces. Así que también yo pienso en que sería bueno que salieras de tu madriguera de silencios opacos para ponerlos cristalinos, un poco de vaho y ya está.
ResponderEliminarMe gusta que estés aquí.
Un abrazo
Kasiopea, bienvenida y visitar tu blog fue un placer.
ResponderEliminarGla, Ya volveré y seré millones, no, tanto no.
Haideé, gacias y en ese plan estoy, en cuanto algo de lo que escribo parezca decente lo pondré. Saludos.
Millones de Gamares??? Opssssssss...No sé si pueda pelear con tantos a la vez!!
ResponderEliminarAcá me dice John Bloggerty que si no agradezco tu visita y comento algo me dan un shock electrico cada vez que vuelva a iniciar mi sesión blogger... así que aquí estoy :)
ResponderEliminar¡¡¡Soy el seguidor número 70!!! ¿Hay Premio no?
Muy buen relato sugiere, te mantiene interesado y está muy escrito. La vida es un juego donde el destino y el azar suelen jugarse trucos.
¡Un abrazo!
gracias por tu comentario! de donde sos? me alegra que hayas leido a DOlina. Muchos saludos muy bueno el blog
ResponderEliminarGla, no me aguanto a mi mismo, creo que varios seríamos incompatibles. Saludos
ResponderEliminarEl profe, Bienvenido a este rincón informal, espero que las torturas hayan cesado pero sepa que no quedan ahí. Es importante pasar cada tanto, comentar si gusta, pero eso si, cuando pasa mucho tiempo sin que postee algo no se permiten los reclamos. Sepa que eso es algo que me pone de muy mal humor.
Albricias por lo de los 70 seguidores, creo que ya es hora de poner en marcha mi plan de pedirles plata. Si cada uno pone entre $1 y $20 al mes me van a dar más ganas de escribir.
Me alegro que le gustara lo que encontró por aquí y desde ahora es responsabilidad mía no defraudarlo.
Un abrazo.
Lola, bienvenida. El negro es una especie de representante de lo que me hubiese gustado ser, en muchas cosas pensamos parecido y tiene un talento enorme que hace que no me aburra nunca de escucharlo ni leerlo. Eso si, cantando se lo regalo, pero eso es cuestión de gustos.
Me alegra que te gustara lo que hay para ver, te mando un beso y espero que vuelvas.