Hipoacúsico
Para un hombre ir de pesca resulta ser una de las actividades más relajantes. Salir con amigos de pesca es aún más realizador y si el destino es la playa en verano, creo que no se puede pedir más. Todo lo que suceda será maravilloso.
Antes del viaje, juntarse a planificar es ya una reunión donde se disfruta, uno va sintiendo el aire del mar en la cara y comienzan a aparecer las imágenes con la presa al final de la línea.
En total éramos cuatro los que plantificamos ese viaje. El auto era mi parte, otro se encargaría de llevar el asado, otro las bebidas y el cuarto, mi amigo Fernando venía de invitado especial.
Fernando es sordomudo y siente por mi un aprecio muy especial porque yo lo entiendo, le tengo paciencia y sé hacerme entender por él.
A la mayoría les resulta incómodo hablar con un sordomudo, porque hay que entender lo que dicen y es necesario hablarles de frente y bien articulado para que puedan leer los labios. Confieso que en un principio me resultaba igual de incómodo pero como vivía al lado de mi negocio, pasaba todos los días a tomar mate y terminé siendo un especialista en entenderlos.
Éste viaje lo planeamos unos 15 días antes de la fecha y en los asados de los jueves armábamos el itinerario. La salida sería un viernes a la mañana para pasar 3, 4 días o más si la pesca era buena.
Al asado del jueves anterior a la salida faltó el que llevaría las bebidas y como quería tener todo listo fuimos a buscarlo para arreglar todo. Resulta que no podía venir. En fin, una desilusión, pero no podíamos arruinar ese viaje por un imprevisto. Con sólo repartir un poco más los gastos estaba todo solucionado.
La mañana del viaje uno se despierta mucho más fácil que cuando tiene que ir a trabajar, con unas ganas que aplacan cualquier problemita de los que siempre aparecen a último momento.
Pero el problemita éste era que el que llevaría el asado tampoco quería ir. Lo pensó bien y repartir los gastos entre solo dos, porque a Fernando lo llevaba yo como invitado y no pagaba, le pareció mucho gasto y a último momento se arrepintió. Me lo dijo la mañana cuando lo pasé a buscar para salir.
Sentado en el auto, con las dos manos en el volante, la mirada fija en el horizonte, el baúl cargado de cañas, carpa y todos lo bártulos necesarios y Fernando a mi lado, preguntándome si estaba enojado. Yo le contestaba que no, pero sin dejar de mirar al frente, o sea que no me veía y volvía a insistir.
¿Era justo dejar de hacer el viaje soñado por culpa de esos imprevistos de último momento? Por supuesto que no.
-Fer, vamos igual. Le dije con la determinación que me caracteriza.
La alegría de Fernando era suficiente recompensa para justificar la decisión. Festejaba y se movía tanto que el auto bailaba y no es que sea un auto chico, es que Fernando pesa 120Kg.
Los primeros 10 Km fueron suficientes para olvidarnos de todo y el viaje ya era parte de la realidad.
Tengan en cuenta que para que él me entienda tengo que girar la cabeza y hablarle de frente, lo que hacerlo al manejar es un poco complicado, pero lo bueno, porque yo siempre rescato lo bueno, es que podía escuchar mi música a todo volumen y por primera vez a nadie le molestaría.
La tortícolis que me agarró por pasarme los 300Km mirando sobre mi hombro derecho era comparable con el estrabismo que me quedó de intentar forzar los ojos en la otra dirección para ver el camino. Fernando no puede estar un minuto callado y uno siempre debe responderle porque de lo contrario insiste e insiste hasta asegurarse que uno entendió lo que decía.
Pero ver el mar en el horizonte es suficiente para compensar los percances menores del viaje, que en realidad fueron 400Km porque me pasé en la salida de la ruta y terminamos entrando por un camino de tierra que nos costó en total 100km más.
Lo primero que uno quiere hacer al llegar a la playa es meterse al agua, o al menos ir a la playa. Lo que menos quiere hacer es ponerse a bajar y ordenar las cosas del auto. Y a esa altura no tenía ninguna intención de reparar en nada sólo quería bajarme, caminar por la arena y sambullirme en esas claras aguas del atlántico. Entré con el auto hasta la playa, nos bajamos y corrimos al mar.
Después de ese reconfortante chapuzón decidimos ir hasta el auto, bajar las cosas y ver donde acampar, nada nos apuraba, estábamos de vacaciones.
Unas tenues luces anaranjadas, como velas apagándose dentro de los faros del auto, me hicieron recordar que gracias a la nueva ley que obligaba llevar las luces encendidas de día en la ruta, había olvidado apagarlas.
Uno diría que no es una buena manera de comenzar las vacaciones, con un auto sin batería semi enterrado en la arena. Pero nada de eso logró preocuparnos y aprovechamos para acampar ahí mismo, donde quedó el auto.
Armamos la carpa, preparamos las cañas, comimos algo y salimos otra vez hacia la playa. Una vista nuestra desde atrás debe ser graciosa porque me dobla en peso y me saca dos cabezas de altura. Sí, soy petizo...Y flaco...Muy flaco.
Fernando tiene una miopía muy importante y usa lentes de contacto permanentemente, pero decidió dejarlos porque el viento y la arena son mala combinación con estos delicados objetos, por lo tanto, trajo sus gruesos lentes y no se los sacaba para nada, porque sin ellos no entiende lo que hablan.
Ya ubicados lanzamos las líneas al mar y como el calor era muy fuerte, nos metimos al agua que estaba templada como nunca.
Las playas de Pehuencó son muy amplias y muy suaves por lo que uno puede caminar casi 100 metros dentro del mar sin que el agua lo tape, sólo hay que cuidarse de las olas que cada tanto pueden ser grandes. Precisamente la primera de esas olas grandes logró tumbar a Fernando que se levantó de un salto como si fuese una orca cazando y a los gritos. Cuando logré dejar de reírme por el espectáculo noté que sus gritos no eran de alegría y aunque no entendía lo que me decía, se señalaba la cara y el agua. Había perdido los lentes y aunque los buscamos por casi una hora dentro del agua fue inútil.
-No te hagas problema Fer, ya está, ahora disfrutemos, cuando lleguemos vemos.
Siguió lamentándose un poco pero después se olvidó y nos reímos del incidente.
La gente que pasaba nos miraba raro y es porque para que el pobre entienda lo que yo le decía se tenía que colocar muy cerca mío, casi pegado a mi cara, de lo contrario no veía, lo que debería ser un espectáculo poco común.
No hace falta que les cuente que no pescamos nada.
Al acercarse la noche decidimos ir hasta el centro, comer una pizza con una fresca cerveza. Pero recordamos que el auto no arrancaba. Yo soy de buscar soluciones y no ahogarme en un vaso de agua, por lo que tumbado en el piso, escarbé la arena delante de las ruedas para que pudiéramos empujarlo. Fernando tiene la fuerza de un oso, si él no podía no podría nadie. se apoyó en el lado delantero derecho, yo en el izquierdo y empujamos. La fuerza que izo no logró mover el auto más de medio metro, pero sí logró arrancar el faro derecho.
-Dejá, dejá, vamos caminando, mañana buscamos mas gente que nos ayude, total no hay más de 10 cuadras hasta el centro.
Lo mejor que nos pudo pasar fue salir caminando, la noche estaba espectacular y sólo me incomodaba que cuando le hablaba se me pegara a la cara para leerme los labios. Supongo que la gente pensaría cualquier cosa menos que él era sordo.
Comimos la pizza, traté de hablar lo menos posible y nos volvimos a la carpa con tal cansancio que creo que me dormí ni bien apoyé la cara en la almohada. Que en realidad era una campera doblada.
A mitad de la noche sentía hablar a una pareja. Suelo tener el sueño pesado, pero si me despierto es imposible que vuelva a dormirme. En un momento me percaté de que la pareja ya no estaba solo hablando. En realidad sólo la escuchaba a ella que realizaba un recorrido por todos los gemidos amatorios conocidos y hasta descubrí varios nuevos.
Eso fue el colmo. Despierto desde las 4 de la madrugada escuchando disfrutar a esa pareja y yo dentro de una carpa con un sordomudo de 120Kg.
Las primeras luces de la mañana fueron suficientes para levantarme y ponerme a preparar las cosas para la vuelta.
Por suerte al rato llegó una camioneta que nos ayudó a sacar el auto y hacerlo arrancar.
Creo que deben ser las vacaciones más cortas aunque sigo intentando.
Lo único que no es verdad de este relato es el nombre de mi amigo, que igual, es el único sordomudo que conozco.
Si es una historia verdadera, no podés decir que tu vida sea aburrida....no a cualquiera le pasa una cosa semejante!!!! Teniendo en cuenta cada uno de los viajes que ya relataste claro...Por las dudas no te invitaría nunca a salir de vacaciones, preferiría alguna otra opción...por las dudas, vio???
ResponderEliminar¡No! No quise decir que traiga mala suerte usted! ¡Qué mal pensado!Era sólo para preservarlo de semejantes infortunios.....
PD...Fuera de contexto pero dentro del almanaque....¡¡Feliz día del padre!!
jajajaj...chiquito, cómo me hiciste reír. Muy bueno.
ResponderEliminarAhhh, y me trajiste recuerdos de Pehuencó. ¿Por qué? No ves que ya me tengo que ir a dormir, que mañana a las seis suena el despertador.
Mmmmmm ese camping, ¿en qué carpa estaría yo?.
Querés que te cuente qué hacen las olas de Pehuencó a una damisela en bikini...sí, eso, le levantan la parte de arriba, con una furia que no te da tiempo a reaccionar. Sólo atinás a sostener la de abajo con una mano y tapar con la otra lo que quedó al descubierto.
Foto no hay, así que no la pidas.
Gracias Gamar...me he divertido y llenaste mi noche de domingo, de recuerdos. Qué ganas de volver a Pehuencó.
Todavía uso bikini, pero sería más precavida.
besitos
La verdad que, lo de tus amigos, mas que un improvisto, es una turrada! Eso no se haaaaace!!! Yo los mato, y si no llego a hacerlo, nunca mas les organizo nada!
ResponderEliminar¡Qué lástima que no pescaron nada! Hubiera sido re lindo hacer unos pejerreyes a la parrilla y no invitarlos!
Besoos
Cuando vas conduciendo no sirve de nada, pero creo que en los colegios debían enseñar a todos el lenguaje de signos de los sordomudos. Me parece más importante que aprender cualquier otro idioma, incluido el inglés. Según creo, el lenguaje de signos es casi universal, con lo que podríamos hablar con ingleses, alemanes o árabes sin saber su idioma.
ResponderEliminarGracias por compartirnos este relato y ahondar en él sobre ese valor de la amistad verdadera y el no amilanarse ante los contratiempos...
ResponderEliminarUn gusto leerte en esta mañana y dejarte mi fuerte abrazo,
Anna Francisca
Los viajes así, con "cierto encanto", son los que siempre se recuerdan. Pescar no pescarías, pero entretenido estuviste un rato, ¿no?. Un beso amigo.
ResponderEliminarGla, la historia es totalmente verídica. y sepa que tengo más. Gracias por el saludo. Besos
ResponderEliminarMaracuyá, No se si eras vos la de la carpa hot, pero a la mañana las miraba a todas tratando de intuir quien había sido. Y lo de las mayas es un clásico, hay que mirar bien a las que recién entran al mar, aunque te digo que también baja las nuestras y encima te caés enredado.
Besitos para vos
Stella ¿viste?, son de fierro, al menos la cara. Te aseguro que pasaron por mucho después de eso, pero vuelven solitos con el caballo cansado. Besos con todas las "o" que quieras.
FBM, Si, eso es cierto. Tantas cosas sin sentido se enseñan, que se podría aprender ese lenguaje y acortar las diferencias. En el caso de mi amigo, no usa lenguaje de señas, él puede hablar pero lo hace muy mal por no poderse escuchar. Saludos y muchas gracias.
Tuti, Bienvenida y muchas gracias, un abrazo para ti.
Cristal, es así, los que recordamos suelen ser los que tienen algo en particular y éste tuvo de todo.
Verguenza debería darle a su amigo, sobre todo al que lo deja plantado con el auto en la puerta.
ResponderEliminarMuy mal.
El resto, opino como usted: hay que ponerle garra hasta que se agoten las posibilidades, y recién ahí decir: "y bueno...no se podía"
Yo tengo una alumna sordomuda en uno de mis cursos, y tiene razón lo que dice.
Pero bueno, las dos ponemos su parte, ella se concentra y yo trato de hablar casi todo el tiempo hacia ella.
Apuesto a que pueda terminarlo.
besos!
Desde ya le voy diciendo que no vuelva a organizar nada con esos amigos que lo dejaron "de seña" con todo listo, incluso con la ilusión de su amigo Fernando.
ResponderEliminarMe encantó su optimismo, pues nada lo venció y pudo disfrutar como un niño de la experiencia!!!
Abrazos!!
que mal los amigos que cancelan a último momento, pero ue bueno de decidiste ir a pesar de todo. Fue un lindo gesto para Fer.
ResponderEliminarLas cosas son asi, a veces vienen atravesadas de entradam pero nunca se sabe el final. Quizas nos soprendemos.
Saludos
Bueno, pues que puedo decirte?? Acaso además de ser el más despistado, TODO lo que puede salir como no fue planeado te pasa!!!
ResponderEliminarMe reí mucho con tu relato, porque igual yo tengo miles de anecdotas que te destornillan de la risa.
Me encanta que a todo le ves el lado positivo... yo estaría rabiando un poco más...
Bsos.
Qué lindo relato. No sé por qué, pero desde antes de saber que era Pehuen Co, yo ya había situado en esa geografía estas vacaciones, que aunque hayan resultado cortas y complicadas vale la pena haberlas tenido.
ResponderEliminarUn abracito.
menuda escapada llena de pequeños incidentes e imprevistos! Me has hecho reír con tu forma de contárnoslo.
ResponderEliminarDesde luego, el plantón de tus amigos no tiene nombre! sobre todo el que te lo dijo ya en la puerta, con todo preparado para salir.
Sería un viajecito con muchos imprevistos pero seguro que, a pesar de todo, lo pasasteis bien.
Un beso. Angie.
Muy bueno, dígale de mi parte a Fernando que...bueno, no, mejor no le diga nada.
ResponderEliminar¡Qué vacaciones accidentadas!
ResponderEliminarPero vacaciones al fin.
¿Te animarías a pasar por lo mismo otra vez sabiendo que nada de lo que planifiques se va a cumplir?
Saludos-
Mona Loca, La verdad es que la gente con alguna traba pone mucho más de si que el resto. No tengo duda que va a terminar ella el curso y la va a sorprender. Pero nada es fácil para ellos. A mi amigo le di trabajo en mi negocio y la gente se quejaba siempre porque se pone incómoda al tratar con ellos. Hace unos años que se fue a vivir al sur con sus padres pero sigue sin conseguir trabajo.
ResponderEliminarUn beso.
La candorosa, Si, si, eso es seguro. Cuando quisieron organizar algo de nuevo les dije "si, organicen lo que quieran y me avisan"
Un abrazo para usted.
nadasepierde, Si muy mal, es más, desde ese momento dejaron de ser amigos, son conocidos. Gracias por pasar, Saludos.
Deepbluesky, Si, es que tengo una suerte ejemplar. Con decirles que nunca gané nada, salvo un sorteo en un cumpleaños, donde se sorteaban pelotas, autitos, etc. y yo me gané un chupete. Besos.
dondelohabredejado, Yo si se porqué adivinaste que era ese lugar. Brujaaaa. Perdón, estaba llamando a mi mujer. Gracias Marina, un beso.
Angie, Lo de mis amigos si tiene nombre pero sabrá usted que no digo malas palabras dentro de mi blog. Podría decir que por lo menos descansé de mi mujer pero después del incidente de la carpa la extrañé mucho.
Muchas gracias, le mando un beso.
Bugman, Yo le digo lo que usted quiera, lo que me va a ser difícil explicarle es quién es usted.
Fabiana, a ver, si supiera que nada de lo que planifico va a salir, planificaría un montón de malos momentos, en una de esas la pego.
Saludos
Genial la historia playera, Gamar. Esa imagen del amigo enorme frente al flaquito y en distancias cortas es hilarante, perfecta para una buena película cómica. :D
ResponderEliminarCreo que pocos te ganarán en positividad y apostaría a que, de haber fallado también Fernando, el día de pesca no te lo quitaba nadie.
Aprovecho para invitarte a dar una vuelta por mi blog pues hay algo especial que te incumbe.
ResponderEliminarUn abrazo!
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Pasa este osito a las personas qe quieres muchisimo y no quieres que cambien nunca. (espero recibir el osito).
Si recibes entre 2-4 ositos te quieren
Si recibes entre 4-8 ositos te quieren mucho
Si recibes entre 8-10 ositos te quieren muchiiiisimo
Espero que yo sea una de ellas!!
LA SOLEDAD COMPARTIDA DEJA DE SER SOLEDAD...
Cariños
Ay! Cómo me gustó este post! Me emocionó y me hizo reir.
ResponderEliminarBesos!
PD:Que mala onda el que tenía que levar la carne, no puede decírtelo cuando lo pasás a buscar para salir de viaje!
JuanRa Diablo, No creas que soy siempre tan positivo, en este caso la historia es verídica aunque es la redacción la que la hace graciosa.
ResponderEliminarEn cuanto a tu concurso de elegir el mejor blog, me halaga ser parte de los elegidos y ya hice mi voto.
Un nabrazo.
Fabiana, muchas veces recibí cadenas como ésta por mail pero nunca en los comentarios del blog. Saludos
María, me alegro que te gustara y tengo más anécdotas de mis extraños amigos. Besos
Duda existencial, ¿como es q un sordomudo no puede callarse? principalmetne siendo la unica parte veridica de la historia...
ResponderEliminarAhora, este pobre Fernando: sordomulo, miope (si, es terrible la conjugación de lentes y arena, si le cuento si se mete al mar con ellas), sobrepeso ¿algo mas???
Desopilante imaginación la suya, me gustó el relato.
Gracias por su visita por mis tierras, Besos!
Romina, en realidad no es mudo, es sordo y aunque puede hablar lo hace muy mal por no poderse escuchar. Y Fernando habla hasta por los codos. Su salud fue siempre delicada y si, tiene algo más que no viene al caso. Es un tipazo de los que hay pocos.
ResponderEliminarGracias por pasar y espero que vuelvas con gusto.
Genial la historia, que a pesar de los infortunios hubo diversión en ella.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Tienes una manera genial de contar las cosas, jejejej!!! Me imagino a tu amigo buscando las gafas en el agua, pero estoy segura de que él se lo pasó muy bien, el sabe que es afortunado ala contar con un amigo tan leal como tu.
ResponderEliminarGracias por permitirme "conocerte" te leo.
Un beso.
Salvadorpliego, Muchas gracias y me alegra que te gustara. Bienvenido y espero que estés a gusto por aquí.
ResponderEliminarLys, Bienvenida y gracias por los halagos. Sigamos leyéndonos.
" Vivo feliz aunque mi cara no se entere ".
ResponderEliminarGamar, la sonrisa es fundamental y reir también...
Por cierto, vayas anécdotas para contarlas después de vivirlas, eso es de ser afortunados. Por cierto muy buen relato y buenas vivencias.
!Ay!, doña amistad, que te echo de menos.
Gamar, un beso.
Hola, Gamar: vengo a devolver la visita.
ResponderEliminarMe hiciste reir con tus anécdotas...
Yo también voy a leerte un rato, y gracias por pasar.
Saludos.
Jajajajajaja, te fuiste a hacer turismo aventura??? Bueno, no habra salido como lo planeaste, pero te fuiste y eso es lo q vale. Quien te quita lo bailado???
ResponderEliminarMuy bueno tu blog, pasare mas seguido. Gracias por pasar por el mio y dejarme unas palabras...
Saludos!!!
L.N.J, Lo de la sonrisa no es que no quiera, es que no sale, mi cara es así, pero por dentro me rio mucho.
ResponderEliminarBesos u gracias.
Milenius, devuelva devuelva, que si todos fueran así tendría muchos más libros. Me alegro que te gustara ynos seguimos leyendo. Saludos.
Guadalupe llovet, soy poco común hasta en las salidas, como ven. Me alegro que te guste el blog y aunque ultimamente poco productivo seguirá para poner algo de vez en cuando.
Saludos y gracias por pasar.
Mire Ud Gamar:
ResponderEliminarSin partida ( y despliegueme ahi el sentido por favor), sin partida, decía, no ha regreso.
Saludos, Jean Paul!
tus historia tiene de todo como en Botica decia mi abuela!
ResponderEliminarbeso desde esta ciudad apestada!!!=(
La mona Bermudez, Muy singular su pedido de despliegue ante una situación de por sí paradójica. No me será posible darla la bienvenida si su partida no ha sido cierta. De todas formas sepa interpretar mi alegría al ver su despliegue lingüístico reaparecer por este virtual espacio.
ResponderEliminarAdeus
Patrycia, Tanto tiempo sin leerla por aquí y por allí también.
¿La apestada es la ciudad o ud?
Presiento que ambas.
Besos y gracias.
Estuve por los lugares mas comunes, sabe? Y fueron todos y cada uno de ellos, los peores escenarios.
ResponderEliminarQue linda su casa. Veo que esta saliendo más seguido. Ya no se lo encuentra todos los días por acá y supongo que... supongo que eso está muy bien.
Saludos, Gamar!
Vengo del blog de Marta Salazar y solidarizo con las angustias de la persona sordomuda y con las ansias de ayudarlo a ultranza..del autor de este post.
ResponderEliminarSaludos.
La mona Bermudez, lamento que haya pasado por tan funestos momentos y espero que esté mejro. Lo mío es un ir y venir de una experiencia a otra y todo a la larga me aburre, pero aunque esté poco estoy.
ResponderEliminarSaludos
Esteban Lob, Bienvenido y no se haga problema que por un amigo uno lo hace sin darse cuenta.
Que buena historia, Gamar... me ha gustado y divertido mucho. Siempre lo que nos pasa a diario de una u otra forma resulta siendo curioso.
ResponderEliminarSaludos y muchos besos :)
Por cierto, gracias por el comentario en mi blog... recien ahora que estoy de vacaciones me estoy dando tiempo de visitar tu blog. Me ha gustado muchisimo.
ResponderEliminarJamilett, me alegro que te gustara y espero seguirte viendo por acá.
ResponderEliminarBesos
Gamar, había leído esta entrada en julio pero no me animé a comentarte, supongo que por la emoción que me provocaba cada imagen, por la familiaridad y esas ganas de decirte, sí claro que entiendo como es hablar con hipoacúsico, lo hago todos los días con mi hija y muchas veces tengo que usar Átomo para la tortícolis.
ResponderEliminarNos reímos muchas de situaciones cotidianas con oyentes que no saben lidiar con la sordera, como con una profesora que le tocó el año pasado y le hablaba en cámara lenta hasta que mi hija se cansó y le dijo no soy tonta, soy sorda.
Me reí cuando a tu amigo se le perdieron los anteojos en el mar y sin ellos no entiende lo que le hablan.
Es una historia de lo más tierna y aunque hayan pasado unos meses me alegra poder decírtelo.
Estercita
Isabel Estercita Lew, venía leyéndote, con una sonrisa, porque me alegra encontrarte por acá y de golpe me sorprendí al leer lo de tu hija. Lugares comunes sobran, pero la sorpresa no la puedo evitar. Al escribir, no se me ocurrió nunca que lo leyera un hipoacúsico ni un familiar y eso habla de mi poca capacidad de imaginación, porque es lo más normal del mundo, pero recién caigo.
ResponderEliminarOjalá el común de la gente se sintiera más cómodo hablando con ellos, pero la desinformación hace que no sea así.
Te agradezco mucho este comentario, porque ahora el emocionado soy yo.
Besos a las dos.
La agradecida soy yo, el relato deja ver claramente tu esencia... a mí gente como vos me devuelve las esperanzas que de vez en cuando se me rompen un poco.
ResponderEliminarLuana te devuelve una sonrisa
Besos
Estercita
Bueno como soy muy curiosa no pude esperar mucho tiempo y ya comencé a leer los post que me parecieron más interesantes, Y este es maravilloso, me he reído y emocionado al pensar en esta amistad tan especial. Besos tía Elsa.
ResponderEliminarTía Elsa, Que bueno que te gustara. Espero que sigas leyendo y me
ResponderEliminarcuentes que te parecieron.
Gracias y besos
¡Jajajaja! :D lo bueno de haber conocido "tarde" tu blog es descubrir relatos como este que a mi me resultan nuevos, qué bien me la pasé leyendo, me pude imaginar todo.
ResponderEliminarMe gusta la gente como tú que es buen amigo, que se adapta al entorno y que le gusta de vivir aventuras incluso a costa de la comodidad, ¡bien! me gustó :D
Myriam:
ResponderEliminarMe alegro que te gustara y cuando me reclaman por no publicar algo nuevo, siempre está la posibilidad de recorrer las viejas entradas,
Beso